Paseos y excursiones:

La familiera

Atlántida es el balneario marino más cercano a la ciudad de Montevideo. Desde hace décadas ha sido el lugar elegido por muchas familias uruguayas para tener su casa de fin de semana.

A partir del año 1900 muchas cosas cambiaron en el mundo, tanto en la vieja Europa como en la moderna América. Las grandes ciudades comenzaban a ser desbordadas, las guerras y las migraciones reacomodaron la sociedad.

En la vida de los hombres surgió el tiempo para satisfacer necesidades que ya dejaban de ser básicas; el turismo fue uno de sus frutos.

Atlántida formó parte de estos cambios. Desde su remoto origen, fue el terreno principal para que muchas familias uruguayas de Montevideo comenzaran a construir sus casas de fin de semana.



Los nuevos ritos

La playa comenzó a ser vista de otro modo. Ya no solo se trataba de arena y mar, sino de un sitio también ligado al disfrute del tiempo libre y la recreación. Las playas de Atlántida comenzaron a desempeñar entre sus habitantes un papel fundamental: servían como escenario para todas las horas del día.

Esta tradición pasó a ser sentido común entre sus habitantes. La forestación, con pinos y eucaliptos traídos del interior del Uruguay, pasó a ser un tema primordial para que los médanos vivos dejaran lugar a la humedad necesaria de los árboles.

La ciudad comenzó a construir un microclima tan benigno que hoy, a más de un siglo de su fundación, conserva entre su gente los mismos ritos y tradiciones que la vieron nacer: las puestas de sol, las interminables caminatas por la rambla o los primeros mates del día.



Códigos propios

La misa en la parroquia Cristo Obrero es otra de las tradiciones que sus habitantes y visitantes respetan diariamente, atraídos también por la arquitectura particular de la capilla.

El Zoológico de Atlántida es para los más chicos uno de los escenarios más divertidos para apreciar la forman en que vive una gran variedad de animales salvajes y autóctonos, muchos llegados de lugares exóticos.

Para los más grandes, sobresale el Paseo Neruda, que además de ser un sitio ideal para leer posibilita conocer la vida y obra de uno de los poetas más influyentes de América Latina.

El casino local es sin duda un centro de reunión permanente cuando cae la noche. Allí, además de tentar la suerte, existe gran cantidad de espectáculos y eventos musicales organizados para que el visitante se sienta a gusto.

Para disfrutar de largas caminatas, además de la tradicional rambla, el visitante puede internarse en la ciudad y llegar hasta la Plaza de los Fundadores o conocer El Reloj, que junto al Monumento a la Madre es la escultura más bella y emblemática que tiene la ciudad, además de la famosa “Águila”, construida por el millonario Natalio Michelizzi.

Para los amantes de la navegación deportiva y la pesca, existen dos sitios imperdibles: el Yacht Club y el Club de Pesca local, instituciones que tienen sus propios fanáticos dentro de una ciudad que sigue siendo fiel a su tradición y que abre sus puertas a quien quiera disfrutarla en familia.

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