Historia de Cabo Polonio



Cuenta la historia que un día de fuertes tormentas, allá por 1735, naufragó aquí un galeón español llamado “Polonio”. De allí tomó el nombre este bellísimo lugar que de vez en cuando muestra a los visitantes un mar tan embravecido que recuerda aquellos tiempos en que navegar era sinónimo de peligro.

Cabo Polonio fue, desde que se convirtió en un asentamiento estable de navegantes y pescadores, el escenario de varias tragedias en alta mar. Los protagonistas de estas historias fueron numerosos barcos, galeones y fragatas que junto, a sus tripulantes, desconocían los peligros de la geografía del lugar y quedaban enredados en los enormes roquedales. Es así como el lugar, antes e incluso después de la construcción del faro, fue un sitio muy temido por marinos y piratas de todas partes del mundo, que lo consideraban maldito, lleno de engaños y enredos donde, finalmente, muchos encontrarían la muerte. Allí, dicen las leyendas, las brújulas se perdían y giraban sin rumbo, como si estuvieran endemoniadas.

Hoy, en las arenas de este hermoso mar cada tanto salen a superficie restos de embarcaciones que se han hundido en estas aguas y fueron testigos de aquel mar bravo.

La construcción del actual faro en 1880 ayudó a los navegantes y sirvió para darles ojos en las oscuras noches de alta mar. Hoy el faro, que se puede visitar de día, logra mostrarnos la peligrosidad de este mar y transportarnos a aquellos tiempos en que un tesoro podía quedarse para siempre bajo las aguas.