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El Museo de los Naufragios y Tesoros
Pablo Etchevers Pablo EtcheversEl Río de la Plata guarda en sus aguas una riqueza incalculable de galeones, oro y leyendas que han llegado hasta nuestros días. Muchas de estas hoy forman parte de un novedoso museo.
Dicen las historias y leyendas que debajo de las aguas del Río de la Plata aún hoy existen innumerables tesoros en lingotes de oro y plata que quedaron esperando a que alguien los devolviera a la superficie nuevamente.
Se sabe que los galeones repletos del oro que llevaban a España, cargados con cientos de cañones y balas y con documentos importantísimos para la época, encallaban en las pedregosas costas uruguayas en las noches oscuras y que, azotados por grandes ráfagas de viento, se iban a pique, hundiéndose cada uno con sus verdades.
¿Dónde están?
Documentación de época que consta en archivos y libros, artículos de prensa y relatos de personas de edad avanzada afirman que bajo las aguas poco profundas y turbias del río color de león existen barcos hundidos en todos los tiempos, muchos de ellos con valioso cargamento.
Tales eran las tormentas, que hay más de 2 mil barcos bajo las aguas. No por nada el Río de la Plata se ganó apodos mundialmente temidos como el “Infierno de los navegantes" o “El cementerio naval”. La poca profundidad de sus aguas, su color turbio, sus peligrosos bancos de arena y restingas de rocas y lo violento de sus vientos lo hicieron merecedor de tales motes.
Pero, ¿por qué se hundían?
La ruta de navegación más corta y segura hacia Europa era la que corría próxima a la costa uruguaya. Costeando los bancos y pedregales de la orilla, llegaba hasta la ciudad de Montevideo.
Para las navegaciones oficiales e incluso piratas, esta ruta era la elegida. La costa argentina, en cambio, resultaba baja y no tenía la suficiente tranquilidad para navegar de noche por miedo a encallar.
El hallazgo de oro y plata, y por supuesto su extracción para enriquecer a Europa y extender sus dominios a lo largo de la recién descubierta América, resultó de vital importancia y así se tejió un entramado de rutas en el Río de la Plata que transitaron galeones con todo tipo de tesoros.
Esto sumado al intenso contrabando practicado por portugueses, ingleses y españoles que se disputaban el dominio de las aguas, junto a la existencia de corsarios y bucaneros, generó disputas y combates que terminaron con embarcaciones hundidas y numerosos naufragios que se dieron a lo largo de Colonia del Sacramento y la actual Montevideo.
Un viaje a esos tiempos
Rubén Collado, un amante del buceo, buscador de tesoros y fanático de las historias de naufragios, ha instalado en la ciudad de Colonia del Sacramento el primer museo dedicado a los naufragios y tesoros.
Basta con entrar allí para entender de qué se trata este fascinante mundo de galeones, corsarios y piratas de todos los tiempos que han dejado una huella firme en la historia de la región.
Distintas réplicas y maquetas de galeones, su historia y la de sus tripulantes, los tesoros que descansan bajo las aguas turbias y las piezas rescatadas, entre las que prevalecen cañones, balas y monedas de oro, pueden apreciarse en el recorrido por este bello y particular museo.
“Mi idea es que el visitante sienta que viaja en el tiempo a la época de los piratas y los corsarios, y que entienda cómo eran aquellos tiempos en los que los hombres vivían y morían en el mar guiados por leyendas de tesoros fabulosos y de barcos gigantes”, explica Rubén mientras aprendemos juntos cómo era un galeón, ya que el museo cuenta con uno de tamaño real con cada una de sus partes y sus hombres navegando, como lo hicieron hace siglos.
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