Paseos y excursiones:

La nave del tiempo

El monumento a Cristóbal Colón en la plaza Independencia conserva en su interior documentos para las generaciones futuras. Un verdadero legado que vale la pena difundir.

Tal vez no se lo pueda considerar un paseo, pero creemos importante destacar la presencia del monumento en homenaje a Cristóbal Colón que se encuentra en el centro de la plaza Independencia.

Este particular monumento fue realizado por inmigrantes en el año 1892, cuando se celebraba un nuevo aniversario de la llegada de Colón a América. La obra fue realizada gracias al esfuerzo mancomunado de los vecinos de la villa que, pensando en dejar un legado para las generaciones futuras, tuvieron esta innovadora idea. Es importante reparar en los detalles del monumento y saber sobre su historia y formación para que no pase desapercibido como un monolito más en una plaza.

Corría el año 1892 y ante la conmemoración del IV Centenario del descubrimiento de América se formó una comisión de fiestas, integrada por inmigrantes italianos, españoles, argentinos, brasileños y por uruguayos, obviamente, quienes decidieron levantar un monumento en honor al gran navegante. Para ello se erigió una columna de 14 metros de altura con granito de San Borja. Sobre ese alto capitel se colocó una esfera hueca que simboliza el mundo y corona el monumento. Dentro de la esfera se instaló una caja de bronce con documentos acerca de la realidad del departamento de Durazno a fines del siglo XIX, que debía ser abierta cien años después. Además, se pusieron pergaminos, diplomas, medallas y programas de espectáculos para denotar el grado de cultura de los duraznenses.

Fue así que en octubre de 1992 la expectativa reinaba en la localidad. Se realizó un acto público al que todos los vecinos acudieron. Las especulaciones sobre el contenido y la existencia de la caja generaron mitos que se despejaron al momento de abrir la esfera.

La sorpresa fue contagiosa: la caja existía y estaba intacta. Con gran emoción se leyó el mensaje de los antepasados y se dieron a conocer los objetos que hoy se encuentran para ser apreciados en el interior del Museo Histórico Casa de Rivera, frente a la plaza.

Luego, para continuar la tradición, fue deber de los duraznenses de 1992 dejar un mensaje y un legado para los habitantes del 2092. Fue así como este monumento, transformado en una “nave del tiempo”, acogió los nuevos documentos en su seno. En esta oportunidad se pusieron medallas de oro, plata y bronce, toda la moneda circulante, mapas, elementos de filatelia, libros y hasta un disco duro proporcionado por IBM Uruguay que contiene fotografías y estadísticas en general.

Hoy este bloque de granito es orgullo de Durazno y con gran expectativa se lo protege hasta que llegue el momento en que deba ser abierto nuevamente.

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